El
uso diario y durante periodos prolongados de cannabis puede producir
deficiencias en la memoria, en la atención, la capacidad psicomotora y
la velocidad de procesamiento de la información [Iversen,2003]. Estas
alteraciones psicológicas parecen relacionarse con cambios funcionales,
del flujo sanguíneo y metabólicos en regiones prefrontales y cerebelares
que se observan en estudios de neuroimagen en usuarios crónicos de
cannabis [Pope y cols, 1995; Rogers y cols, 2001; Verdejo-García A y
cols, 2004; Lundqvist 2005].Se ha discutido si estos cambios son
consecuencia del consumo crónico acumulado o de un estado de
intoxicación aguda persistente tras un consumo diario. Los estudios más
consistentes han demostrado que las alteraciones neurocognitivas
descritas normalizan progresivamente si los individuos dejan de
consumir, mejorando con el paso de los días. Parece que la afectación
observada puede revertir casi en su totalidad a las 4 semanas de cesar
el consumo de cannabis [Pope y cols, 2001; Solo-wij y cols, 2002; Pope y
Cols, 2003]. Hay estudios que relacionan la persistencia de algunas
alteraciones con el consumo de cannabis temprano (antes de los 17 años)
[Pope y Cols, 2003].
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